Decía Víctor Erice que el Sur es, ante todo, un emotivo viaje de ida y vuelta, un largo itinerario vitalmente hermoso hacia sueños y realidades…
Este emotivo viaje lo hace Fernando Carballa desde su Pontevedra natal y, al igual que Gauguin, cuando viaja a los mares del sur, basándose en elementos del folclore, obsesionado por las cosas que observaba, pero intentando ir más allá de ellas, crea un vocabulario personal de imágenes y emociones, centradas en la romería de El Rocío.
Y no ha podido elegir mejor, pues El Rocío es un lugar de encuentro, un lugar de contrastes, un lugar de sentimientos encontrados, un lugar de emociones en el que, como recita Benedetti, hay hombres y mujeres que saben a qué asirse, hay quienes se desmueren y quienes se desviven, apartando lo inútil y usando lo que sirve, con fe veterana…
Y sobre esos hombres y mujeres, sobre todo mujeres, se sucede la mirada de Fernando, mirada sobre miradas, mirada sobre sentimientos, mirada sobre emociones, volcando esas miradas en una obra sublime, en una obra que transmite, sin necesitar palabras, lo que el artista siente cuando llega al Sur.
Antonio Clavero